Condenados cuatro hermanos a entre 4 meses y 2 años de cárcel por mentir para cobrar 272.000€ en pensiones y seguros
20minutos 11.02.2020
Los condenados fingían sufrir catatonia, autismo y depresión.
La Sala de lo Penal del Tribunal Supremo (TS) ha condenado por un delito continuado de estafa a penas de entre cuatro meses y dos años de prisión a cuatro hermanos que simularon distintas enfermedades para conseguir la declaración de incapacidad y, de ese modo, cobrar la prestación económica correspondiente del Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS).
Según ha informado el TS, se estima de forma parcial los recursos de casación interpuestos por los recurrentes y, aunque mantiene la condena por un delito de estafa (en un caso agravada) con las atenuantes de dilaciones indebidas y de reparación del daño, les absuelve de un delito de falsedad documental por falta de pruebas.
De esta manera, el Supremo corrige la sentencia dictada por la Audiencia Provincial de Las Palmas que sí condenó por este último delito —además de por estafa— a penas de entre diez meses y tres años y seis meses de prisión.
La Sala confirma que tres de los recurrentes tienen que pagar una indemnización de 102.795 euros al INSS por el cobro indebido de las prestaciones desde 2006 a 2009 (37.503 euros, 16.730 euros y 32.004 euros), y que dos de ellos deberán abonar 186.739 euros a dos aseguradoras que les pagaron determinadas cantidades (172.365 euros y 14.374 euros) tras acreditarse la situación de incapacidad declarada por el INSS.
Según los hechos probados, los cuatro hermanos se pusieron de acuerdo, con el fin de obtener un beneficio patrimonial ilícito, para obtener la declaración de incapacidad más severa posible que les permitiera obtener las prestaciones sociales en función del grado de incapacidad alcanzado, simulando unos padecimientos que no se correspondían en absoluto con su situación clínica bien por no existir en modo alguno o por ser exacerbados. Sin embargo, se pudo comprobar que los recurrentes hacían una vida normal (conducir o ir de compras a un centro comercial) que no se correspondía con la situación clínica —”catatonia-autismo” en algún caso— que aparentaron ante los médicos evaluadores.
Dudas de los médicos
La Sala indica que en todos los casos el procedimiento fraudulento ha sido similar. “Uso de un certificado médico mendaz para inicio del expediente, simulación de un estado próximo a la catatonia para superar el control de los evaluadores de la Seguridad Social y existencia de una patología de base (depresión) que los distintos médicos que la han atendido no han podido evaluar la posible existencia de fraude, aunque algunos de ellos han dudado de esta circunstancia y de la existencia de esa patología”, subraya el tribunal.
Añade que el descubrimiento de la actuación similar de los cuatro hermanos, unido a las vigilancias realizadas una vez descubierto el fraude, así como las apreciaciones de los médicos forenses han permitido establecer con la necesaria certeza la existencia de simulación sobre la totalidad del proceso de forma que la discordancia entre la realidad y las declaraciones de incapacidad administrativa se extienden no sólo a la declaración final de incapacidad sino al periodo previo de incapacidad temporal.
Para la Sala, “la prueba para acreditar estos hechos ha sido suficiente y su valoración ha sido prolija y atendiendo a pautas de racionalidad a las que no cabe hacer tacha alguna”, continúa la nota del Supremo.
Absueltos de falsedad documental por falta de pruebas
Por lo que se refiere al delito de falsedad documental, la Sala explica que procede la absolución, de acuerdo con su doctrina, porque en los hechos probados no hay ninguna referencia a falsedades documentales y, en cambio, en los fundamentos jurídicos se argumenta y precisa por qué razones se entiende cometido este delito. Por ello, considera que “la ausencia absoluta de mención en relato fáctico de los hechos que han dado lugar a la condena por delito de falsedad de certificado oficial no puede ser complementada con la valoración de pruebas y argumentos incluidos en los fundamentos jurídicos”; razón por la que el Supremo les ha absuelto de dicho delito.
Juzgan a cuatro hermanos y un médico por fingir enfermedades mentales para cobrar la pensión
Los acusados lograron la incapacidad total para trabajar al simular psicosis, epilepsia y trastorno bipolar
m. r. 08.02.2018
La Audiencia Provincial de Las Palmas comenzará a enjuiciar la semana que viene a cuatro hermanos y un supuesto “neuropsiquiatra” por simular enfermedades mentales, con la finalidad de cobrar una pensión de la Seguridad Social tras obtener la incapacidad absoluta para realizar cualquier tipo de trabajo.
Entre los acusados, que se enfrentan a penas máximas de tres años de cárcel y multas de 1.800 euros, se encuentra Ranulfo Ramón Dolores León Rosas, un médico condenado por falsear certificados del empresario José Miguel Suárez Gil, que luego eran utilizados por éste para retrasar sus procesos judiciales por enfermedad psíquica. Esa sentencia, que fue declarada firme el año pasado por la Audiencia de Las Palmas, impuso a Ranulfo León el pago de 2.700 euros como autor de un delito leve de falsificación.
Los hechos que van a juicio el miércoles de la semana próxima semana son aún más graves. Los cuatro hermanos, según la acusación del fiscal Pedro Gimeno, se “confabularon” entre 2006 y 2008 con el médico para obtener la declaración de incapacidad permanente más importante, previa tramitación de los expedientes administrativos en el Instituto Nacional de la Seguridad Social, en los cuales simulaban padecimientos que no se correspondían con la realidad, pues exageraban su estado con artimañas naturales o mediante la ingesta de fármacos.
Eliria A. J., Eugenio A. J., Claudina A. J. y Rosa María A. J. presentaban informes médicos elaborados por Ranulfo León, que en ese entonces regentaba la clínica Canasalud, sin la homologación del título de neuropsiquiatra que decía tener. En esos informes, como patrón común, atribuía a los cuatro hermanos un trastorno depresivo mayor, con peculiaridades psiquiátricas como la psicosis, la epilepsia o el trastorno bipolar.
A esas enfermedades asociaba una incapacidad “notoria” para ejercer cualquier tipo de actividad social o laboral, con la finalidad de que sus pacientes lograran la incapacidad de la Seguridad Social para trabajar, todo ello “a cambio de una cantidad económica que a día de hoy se desconoce”, explica la Fiscalía de Las Palmas en sus conclusiones provisionales.
De esa manera, Eugenio A. J. obtuvo la incapacidad para desempeñar cualquier tipo de trabajo en 2006. La resolución administrativa fue revocada tres años después. Cobró de manera indebida 21.554 euros por la incapacidad total y otros 15.9469 por una temporal anterior a esos hechos. Su hermana Eliria A. J. percibió, por las misma razones, 32.752 euros y 2.252 euros, mientras que Rosa María A. J. recibió 13.987 euros y 5.743 euros, frente a los 10.558 cobrados por Claudina A. J.
El fiscal añade que Eugenio, Rosa y Eliria sobreactuaron o fingieron ante los funcionarios de la Seguridad Social para lograr esas prestaciones, algunos con la ayuda de fármacos para exagerar sus síntomas. Destaca la actuación de Eugenio, con un “mutismo severo” y un estado de “autismo” que no ha resultado ser del todo cierto. Este acusado, además, logró una indemnización de 172.365 euros de la aseguradora Mapfre, cantidad que deberá devolver si finalmente se acredita su engaño al seguro de vida contratado. El resto, si hay condena, también tiene que reintegrar las pensiones cobradas.
Los cinco procesados están acusados de estafa continuada y de falsedad continuada, aunque el fiscal solicita para el médico una pena inferior al resto: un año y ocho meses de cárcel, más una multa de 5.400 euros, esta última bastante más elevada que la reclamada a sus pacientes (1.800 euros).
El juicio, dada la cantidad de acusados y el tipo de enfermedades que supuestamente padecen, se ha organizado en siete sesiones. Las dos primeras están fijadas para el miércoles y jueves de la semana que viene. Luego continúa los días 21, 26, 27 y 28 de febrero, para finalizar la vista oral el 1 de marzo, siempre en la Sección Segunda de la Audiencia de Las Palmas.
Me imagino que este caso ha saltado la liebre de la estafa por estafar aparte del INSS a aseguradoras privadas que les montaron una vigilancia y se comprobó que su estado mental en su vida cotidiana era absolutamente normal hasta para uno que fingió catatonia-autismo, pero si se lee la noticia les han pillado por avaricia porque los 4 hermanos estaban diagnosticados de todo “en esos informes, como patrón común, atribuía a los cuatro hermanos un trastorno depresivo mayor, con peculiaridades psiquiátricas como la psicosis, la epilepsia o el trastorno bipolar” cosa que como se ve el Tribunal Supremo se ha callado en el recurso de casación y solo ha mencionado en particular catatonia-autismo, y esto es así porque con la depresión el trastorno de base algunos médicos tenían dudas de su falsedad.
Como evitan los cientos de miles de personas cobrando incapacidades falsas por enfermedad mental actualmente ser judicializados por estafa:
Fácil si se hubieran quedado con la “depresión” y con lo demás psicosis, la epilepsia o el trastorno bipolar no hubiera saltado el fraude de ninguna manera, porque son patologías sobre todo la depresión que no hay prueba médica alguna, más que la opinión verbal del afectado y el concepto depresión es un batiburrillo de síntomas que puede englobar casi todo y esta gente puede decir que sufre su patología en casa o en determinados momentos que no coincidían con la grabación.
Aún así el INSS tragó con todo hasta con catatonia-autismo y esto es porque el dinero público no es de nadie, pero el de la aseguradoras privadas no y por eso les montaron un operativo para pillarles cosa que el INSS ni se planteó hacerles.
Por último mencionar el grado de imbecilidad o infantilismo de los tribunales y organismos de la seguridad social que aceptan informes médicos como veraces solo porque lo ha firmado un médico. Alguien normal revisa todo el expediente y es relevante que den por veraz que una persona adulta pueda desarrollar autismo cuando:
El autismo: definición, síntomas e indicios
El Trastorno del Espectro Autista (TEA) es un trastorno neurobiológico del desarrollo que ya se manifiesta durante los tres primeros años de vida y que perdurará a lo largo de todo el ciclo vital.
Los síntomas fundamentales del autismo son dos:
• Deficiencias persistentes en la comunicación y en la interacción social.
• Patrones restrictivos y repetitivos de comportamiento, intereses o actividades.
https://www.autismo.com.es/autismo/que-es-el-autismo.html
https://es.wikipedia.org/wiki/Trastornos_del_espectro_autista