En el post de Esquizofrénicos matarifes comentamos el caso del asesinato del padre y su hija en la playa de Laredo por un enfermero perturbado que las asesinó mediante un machete, sin tener más datos que pasados conflictos en su trabajo de enfermero sabía perfectamente que este sujeto padece de Esquizofrenia Paranoide, y lo he clavado.
El fiscal ha vuelto a aludir a su declaración en el Juzgado de Instrucción y le ha advertido de que no habló de alucinaciones, pero el acusado ha replicado que entonces no las negó, sino que sólo le dijo al juez que no había consumido drogas.
El fiscal y los letrados de la acusación particular y la defensa han hablado de otros episodios protagonizados por el acusado, como una vez que fue detenido por atemorizar a la gente con una pistola de madera, o los problemas en su trabajo de enfermero en un hospital madrileño por incidentes con pacientes y compañeros y bajas laborales por depresión.
La abogada de la defensa ha resaltado el consumo de drogas del acusado desde los quince años y sus problemas con el alcohol, y ha hablado de ingresos en centros de desintoxicación en Madrid y Barcelona.
También ha preguntado a su defendido por un medicamento antipsicótico, y él le ha contestado que dejó de tomarlo.
Del relato anterior lo que más apunta a una esquizofrenia para el ojo clínico entrenado son las bajas laborales por depresión, no hay esquizofrénico en el mundo que se coja bajas laborales por esquizofrenia, las hacen siempre por “depresión”. Seguramente que para atenuar los síntomas de esquizofrenia se drogaba, medicado con antipsicóticos que los dejaba al momento. Relato general y costumbrista de un esquizofrénico sin medicar, lo raro es que trabajara, pero en su trabajo ya protagonizaba múltiples incidentes, disimulaba pero se le escapaban cosas.
Pero lo bueno del caso es que el jurado le declaró culpable y no hizo ni caso al alegato de enfermedad mental.
El Jurado popular ha declarado hoy por unanimidad culpable de dos asesinatos al hombre acusado de matar con un cuchillo el pasado verano a un padre y a su hija cuando ambos salían de la playa Salvé de Laredo.
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Además, han considerado probado, basándose en los informes médicos presentados y en las declaraciones de los testigos, que M.I.R tenía “plenamente conservadas” sus facultades cognitivas (conocimiento del alcance del hecho y capacidad de prever las consecuencias) y volitivas, siendo consciente de sus actos y manteniendo la capacidad de controlar sus impulsos.http://www.elmundo.es/pais-vasco/2015/10/01/560d426b46163f19688b4589.html
Si es que no hay que pensar mucho, un asesinato que no tiene ningún móvil, no hay venganza no hay robo, no hay ningún beneficio (sea del tipo que sea) para el asesino siempre son protagonizados por esquizofrénicos paranoides, pero el jurado concluye que los asesinó porque le apetecia sin más. Es algo chocante como en este caso tan claro de inimputabilidad tanto el jurado como la fiscalía hayan ignorado por completo la posibilidad que sea una asesinato cometido por un enajenado mental; y como siempre la no culpablidad nunca exime de responsabilidad penal, se sustituye la pena bajo una medida de seguridad. Este enfermero enloquecido en vez de estar en un manicomio penitenciario, va estar en una prisión bajo un crimen cometido sin motivo alguno, por algo dicen que las prisiones están llenas de enfermos mentales.
